Los Soprano, The Wire, Breaking Bad, …. cualquiera puede llegar a escribir una serie genial, e incluso interpretarla. Diría más, también pueda convertirla en una experiencia interactiva y transmedia. Yo lo he logrado, y seguro que muchos de vosotros también.

¿Qué suele definir a una serie de éxito?:
– Se emite en prime time
Conecta y engancha a su audiencia objetiva
– Deja una huella que la mantiene viva en el tiempo

Mi serie de éxito comenzó a emitirse en 2007, en pleno prime time, y completó su andadura en 2010. Desde el primer día engancho al 100% de su audiencia objetiva que esperaba con impaciencia cada nueva entrega.
Todo comenzó accidentalmente; como tantos padres, leía un cuento a mi hijo Sergio antes de dormir. Una noche decidí inventar algo sobre la marcha para variar, tenía al público ganado de antemano, así que el resultado era previsible, al día siguiente quería otro cuento inventado, y después otro, y otro, otro,… La facilidad de los primeros relatos se tornó en exigencia, es sencillo captar el interés de un niño pequeño pero mantenerlo es más complicado.

Artevía Serie genialAfortunadamente la serie no dejó de evolucionar a lo largo de todas las temporadas, al principio era un relato a viva voz, después comenzamos a escenificar con muñecos, guiñoles, objetos, … y alcanzamos la interactividad plena cuando Sergio pasó a formar parte de las tramas. Creamos un universo paralelo que “contaminó” distintas esferas de nuestro universo convencional, así que la serie terminó siendo transmedia.

Llegamos a acumular tres años de éxito ininterrumpidos, hasta que la evolución natural de la audiencia hizo que pasara a demandar otros contenidos. Actualmente todas las noches hay que estar pendientes de que no se le haga demasiado tarde con sus libros de Geronimo Stilton, El diario de Greg, Percy Jackson,…
[youtube]http://youtu.be/6-Z5au69Zt4[/youtube]Desde pequeñitos disfrutamos rompiendo los límites de la “realidad”; a veces por el mero hecho de divertirnos, otras por aspirar como los gatos a vivir siete vidas, otras buscando un paraguas que nos ampare de tantas preguntas sin respuesta,… Una relato gratifica tanto a quien la escucha como a quien la cuenta, es un valioso regalo que lo mismo sirve para conquistar las más inaccesibles fortalezas que para protegerse del aguacero.

«Contar y escuchar historias» no es una moda, ni un mero entretenimiento. Conecta con una necesidad universal y perenne.

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