Es muy fácil, tan solo hay que:
1.- Escoger la hora adecuada del día.
2.- Establecer la distancia exacta entre nuestro dedo, el ojo y el sol.
3.- Elegir el encuadre preciso.
4.- Y, finalmente, cerrar un ojo y mirar al sol por el que queda abierto.
Y, en ese instante, desde nuestra perspectiva, solo desde nuestra perspectiva, lograremos tapar el sol con un dedo.