Tu cuerpo es bello porque vistes nuestra ropa. Tu sonrisa es especial gracias a nuestro dentífrico. Tu personalidad es atractiva porque conduces nuestro coche. Tienes amigos gracias a nuestro smartphone. Eres feliz porque bebes nuestro refresco. En realidad nada es tuyo, nosotros te lo prestamos todo; mientras pagues. Aunque con frecuencia nos empujen a creer lo contrario, una marca comercial solo tiene vida cuando se la damos nosotros.