Lo sabemos todo. Sabemos que es agua en suspensión desprendida de las nubes, que su fórmula es H2O, que en la selva llueve a diario y en el desierto casi nunca, que hace crecer las cosechas, pero también puede destruirlas, y hasta destruirnos a nosotros, sabemos el índice de pluviometría del último rincón del planeta, y hasta sabemos que nosotros mismos somos agua en un 70%. Aunque para saber lo que se siente bajo la lluvia te tienen que caer las gotas sobre la frente.