Siglos antes de que se inventara el avión, nuestros antepasados ya lo habían imaginado. Como habían imaginado el submarino, los ordenadores o los robots. Cuando lleguemos a Marte será tarde, cualquier niño ha estado allí infinidad de veces. Nuestro deseo, nuestra imaginación, son las tecnología más poderosa. Los aparatos y las técnicas, en el intento de llegar a su altura, acumulan milenios de maravillosos fracasos.